Es el ser humano bueno o malo por naturaleza?

Rousseau vs Hobbes//El contrato social vs Leviathan 

By Lae Gutierrez

Observando esta imagen, aparentemente indecente y antisocial, mi mente me lleva en una reflexión quizas importante. Contemplo a un ser desmedido, entregándose a impulsos y emociones genuinas, un animal en el sentido más puro y autentico de la palabra.

Nos vemos atados a preceptos, normas, formas preconcebidas, moldeadas por el sistema educativo. Y surge una contradiccion en el acto de utilizar las herramientas y medios proporcionados por la sociedad para cuestionar o analizar aspectos de esa sociedad, generando una especie de circularidad o autoreferencialidad.

Luego la declaración que el mismo individual hace publicamente: “Disculpas, es un gesto que no corresponde con la educación que tengo” añade un matiz interesante. En este punto, mi pensamiento se dirige hacia Rousseau y Hobbes, y la cuestion sobre si la educación suprime o regula los deseos básicos y salvajes de las personas, desembocando esto en el debate de si el ser humano es intrínsecamente bueno o malo por naturaleza.

En El contrato social, Rousseau, aborda la tensión entre sociedad y naturaleza humana, proponiendo un enfoque educativo centrado en el desarrollo de la libertad individual y la autonomía moral. Hobbes, por otro lado, en “El Leviatán”, ve la necesidad de sociedad y gobierno para evitar el caos, sosteniendo que los seres humanos son egoístas por naturaleza.

Este contraste entre las visiones de Rousseau y Hobbes ha sido un tema recurrente en la filosofía política y la teoría social. En el ámbito de la filosofía y la comunicación, estas perspectivas ofrecen un terreno fértil para explorar la verdad y sus diversas dimensiones.

Luego, mi pensamiento se desplaza hacia el experimento llamado “Universo 25”. Realizado por John B. Calhoun en la década de 1960, utilizando ratones, buscaba comprender el comportamiento social y los efectos de la sobrepoblación en entornos controlados.

En “Universo 25”, a pesar de proporcionar todas las necesidades básicas a los ratones en un espacio artificial, se observaron comportamientos inusuales que llevaron a un colapso social y declive en la salud. Este experimento ejemplifica cómo la sobrepoblación y la falta de recursos sociales pueden afectar comportamientos y salud en poblaciones.

La reflexión se amplía hacia la sociedad actual, que vive en un entorno prácticamente artificial, con necesidades aparentemente satisfechas. Analizando más a fondo, reconocemos que vivimos como en jaulas, experimentando un control más intenso que nunca antes.

Además, nos sumergimos en un individualismo que encubre una apatía teñida de odio, donde la aversión al progreso ajeno se manifiesta descaradamente. En conclusión, la imagen revela a un individuo contenido por una conducta socialmente aceptable, pero debemos ser conscientes de un instinto más primitivo y animal que a veces emerge, solo para ser nuevamente reprimido.

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